Las mejores Frases de Carlitos
Charlie Brown (también conocido como Carlitos) es el personaje principal de la serie de tiras cómicas Peanuts, publicada en numerosos periódicos alrededor del mundo. Descrito como el «Adorable perdedor», Charlie Brown es uno de los más grandes iconos de la cultura popular estadounidense. Charlie Brown es el líder de la banda de los Peanuts. Pese a ser el protagonista podría hasta decirse que su perro Snoopy le supera en popularidad. Charlie Brown es habitualmente descrito como la persona que sufre constantemente, y como resultado, es bastante nervioso e incluso falta de confianza. Él muestra actitudes muy pesimistas y muy positivas: algunos días, se niega a salir a la calle por miedo a que el día pudiera ser arruinado, y otros días se esfuerza al máximo para conseguir sus objetivos.
Las mejores Frases de Carlitos
Torpe es mi especialidad.
Vivir es bailar ... bailar es vivir.
La felicidad es cualquiera y todo lo que amas.
Sigue buscando ... ese es el secreto de la vida.
Pensé que estar enamorado se suponía que te haría feliz ...
He desarrollado una nueva filosofía. Solo temo un día a la vez.
No te preocupes por el fin del mundo hoy. Ya es mañana en Australia.
En el libro de la vida, las respuestas no están en la parte de atrás.
Aprende de ayer, vive para hoy, mira para mañana, descansa esta tarde.
Es solo la naturaleza humana ... Todos necesitamos que alguien nos de un beso de despedida.
Creo que tengo miedo de ser feliz, porque cada vez que estoy muy feliz, siempre pasa algo malo.
Debe haber millones de personas en todo el mundo que nunca reciben cartas de amor ... Yo podría ser su líder.
A veces te acuestas en la cama por la noche, y no tienes nada de qué preocuparte ... ¡Eso siempre me preocupa!
La ausencia hace que el corazón se vuelva más cariñoso, pero seguro hace que el resto de ustedes se sienta solo.
A veces me quedo despierto por la noche y pregunto '¿Dónde me he equivocado?', Luego una voz me dice 'Esto va a tomar más de una noche'.
Esta manta es una necesidad. Me impide reír a carcajadas. Puede considerarse como un torniquete espiritual. Sin él, no sería nada, un barco sin timón.